El exvicepresidente Mike Pence: “No voy a apoyar a Trump, pero nunca podría votar a Biden”

El republicano, que hoy reniega de su antiguo jefe, pide que confíe en su país al margen de lo que ocurra en las elecciones de noviembre y anticipa que el Congreso aprobará el sábado la ayuda a Ucrania

Mike Pence fue el segundo hombre más poderoso de Estados Unidos junto al que para muchos ha sido uno de los hombres más peligrosos del mundo durante su estancia en la Casa Blanca, Donald Trump. El exvicepresidente republicano (Columbus, 64 años) acabó apartándose del magnate reconvertido en político, una fractura que se convirtió en brecha tras el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021 por parte de los seguidores de Trump que no aceptaron su derrota a manos de Joe Biden que va por la reelección.

“No creo que haya sido una sorpresa que, en vista de las diferencias que tuvimos, no vaya a apoyar a Donald Trump estas elecciones. Pero nunca podría votar por Joe Biden y voy a seguir siendo una voz de lo que considero que debe ser el Partido Republicano. Dejaré que cada estadounidense vote según su conciencia. Yo haré lo mismo”, analizó Pence, en una entrevista con El País.

En octubre pasado, Pence –un ultraconservador cristiano de 64 años- abandonó su intentó de llegar a la Casa Blanca, retirándose de las primarias del Partido Republicano.

Para ese entonces ya había tomado distancia del magnate, distanciamiento que comenzó con el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021, cuando Trump no reconocía los resultados electorales y no aceptaba su derrota en las urnas a manos de Joe Biden.

El intento de Trump por permanecer en el cargo incluyó una campaña de presión contra Pence, quien como vicepresidente tenía la tarea de presidir el recuento de los votos del Colegio Electoral el 6 de enero. Trump insistió en que Pence debía impedir que Biden se convirtiera en presidente, sin tener el poder para hacerlo.

El exvicepresidente tuvo que huir de la sala del Senado el 6 de enero, cuando una turba de seguidores de Trump irrumpió en el edificio gritando “¡cuelguen a Mike Pence!”.

Pence dijo recientemente que “no puede, con la conciencia tranquila” respaldar a Trump debido a los hechos del 6 de enero y otras cuestiones, a pesar de estar orgulloso de lo que lograron juntos. El republicano señaló que Trump está «articulando y persiguiendo una agenda en desacuerdo con la agenda conservadora que gestionamos durante cuatro años».

El exvicepresidente no es el único participante del Gobierno de Trump que ha manifestado que no apoyará el intento del magnate inmobiliario por recuperar la presidencia de Estados Unidos. Existe un coro de detractores, conformado por quienes presenciaron de primera mano su conducta en el cargo.

Entre ellos están el exsecretario de Defensa Mark Esper, quien calificó a Trump de “amenaza a la democracia”, y John Bolton, un exasesor de seguridad nacional que declaró que “no es apto para ser presidente”

Entre los críticos más vehementes de Trump se encuentran también exasistentes que trabajaron estrechamente con él en la Casa Blanca, en particular dos que ganaron prominencia tras testificar sobre el ataque del 6 de enero y la presión de Trump para anular las elecciones.

Ellas son Alyssa Farah Griffin, exdirectora de Comunicaciones de la Casa Blanca de Trump; y Cassidy Hutchinson, exasistente principal de Mark Meadows, el jefe de despacho de Trump. Ambas han concedido una serie de entrevistas en los últimos meses en las que se oponen a su exjefe.

“Fundamentalmente, un segundo mandato de Trump podría significar el fin de la democracia estadounidense tal como la conocemos, y no lo digo a la ligera”, dijo Griffin a la cadena ABC en diciembre.

En la lista también figura John Kelly, ex jefe de despacho de Trump que tuvo su larga desavenencia propia con Trump.

Kelly, en una extensa declaración hace unos meses al canal de noticias CNN, describió a Trump como “una persona que admira a los autócratas y a los dictadores asesinos” y “no tiene nada más que desprecio por nuestras instituciones democráticas, nuestra Constitución y el Estado de derecho”.

 

 

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