La Casa Blanca desaprueba el Nobel a Machado, pero Marco Rubio fue un gran impulsor

El actual secretario de Estado estuvo entre los legisladores republicanos que firmaron una carta de nominación para la líder venezolana en 2024. El presidente Trump deseaba el premio.

Washington.- Poco después de que el Comité del Premio Nobel de la Paz anunció que concedía el galardón de este año a María Corina Machado, líder del principal movimiento de oposición de Venezuela, la Casa Blanca de Donald Trump emitió una condena inequívoca.

“El Comité Nobel ha demostrado que antepone la política a la paz”, escribió el viernes en las redes sociales Steven Cheung, director de comunicaciones de la Casa Blanca. El presidente Donald Trump había hecho campaña abiertamente para que le otorgaran el premio a él.

Pero las cosas se complican en cuestiones de paz y guerra.

Marco Rubio, secretario de Estado de Estados Unidos y asesor de seguridad nacional de Trump, apoya a Machado desde hace tiempo. De hecho, en agosto de 2024 firmó una carta dirigida al Comité Noruego del Nobel en la que apoyaba la candidatura de Machado al premio.

Rubio era entonces senador por Florida. La carta la suscribieron otros siete legisladores republicanos, entre ellos Rick Scott, el otro senador por Florida, y Michael Waltz, entonces congresista en representación de Florida, quien más tarde sería el primer asesor de seguridad nacional de Trump en este mandato y ahora es embajador del presidente ante las Naciones Unidas.

“Creemos firmemente que el valiente y desinteresado liderazgo de María Corina Machado, y su inquebrantable dedicación a la búsqueda de la paz y los ideales democráticos, la convierten en la candidata más merecedora de este prestigioso galardón”, escribieron Rubio y los demás legisladores.

“Esperamos que el Comité Nobel reconozca las notables contribuciones de María Corina Machado y le conceda la distinción que tan justamente merece”, dijeron.

Rubio y Machado se elogiaron mutuamente en la plataforma de redes sociales X hace meses. Pero hasta el mediodía del viernes, horas después del anuncio del comité del Nobel, Rubio no había escrito nada sobre el reconocimiento a Machado ni en su cuenta personal ni en la oficial en X. Tampoco lo había hecho Waltz. Scott sí elogió a Machado, y dijo en otra publicación que Trump debería ser el ganador del próximo año.

Por la tarde, Rubio, utilizando su cuenta personal, republicó una publicación de Machado en la que ella dedicaba el premio “al pueblo en sufrimiento de Venezuela y al presidente Trump”.

El Departamento de Estado no respondió a una solicitud de comentarios.

Rubio está liderando una ofensiva dentro del gobierno de Trump para intentar derrocar a Nicolás Maduro, el líder autoritario de Venezuela, mediante la presión militar, una medida que ha incluido hasta ahora cuatro ataques letales contra barcos civiles en el Caribe y un rápido aumento de las fuerzas estadounidenses en la región. Rubio afirma que Maduro es un líder ilegítimo y un fugitivo acusado en 2020 por el Departamento de Justicia de cargos de narcotráfico. El gobierno de Trump ha dicho que los cuatro barcos transportaban drogas, pero no ha presentado pruebas.

Expertos en elecciones internacionales afirman que Maduro subvirtió los resultados legítimos de unas elecciones presidenciales celebradas el año pasado. El gobierno de Joe Biden reconoció a un candidato apoyado por Machado, Edmundo González, como ganador de las elecciones.

Rubio ha sido un firme defensor de Machado durante años. Como secretario de Estado, escribió en abril un homenaje dedicado a ella para la revista Time en el que la llamaba por su sobrenombre, la “Dama de Hierro venezolana”. Rubio se reunió con cinco miembros del movimiento opositor en mayo, después de que salieran de Caracas, en lo que Rubio calificó de “operación precisa”.

Pedro Urruchurtu, asesor de Machado, dijo a The New York Times el mes pasado que la oposición había elaborado un plan para las primeras 100 horas transcurridas después de la destitución de Maduro, que implicaría un traspaso de poder a González.

“De lo que estamos hablando es de una operación para desmantelar una estructura delictiva, y eso incluye una serie de acciones y herramientas”, dijo Urruchurtu, y añadió: “Tiene que hacerse con el uso de la fuerza, porque de otro modo no sería posible derrotar a un régimen como al que nos enfrentamos”.

Compartir