La agencia estadounidense del medicamento (FDA, en sus siglas en inglés) da luz verde para estas inmunizaciones a las farmacéuticas Pfizer y Moderna.
La agencia estadounidense del medicamento (FDA, en sus siglas en inglés) ha autorizado la administración de una tercera dosis de la vacuna contra la covid-19 para personas inmunodeprimidas o que hayan recibido un trasplante de órgano. La expansión de la inoculación desarrollada por Pfizer y Moderna, ahora programada en dos dosis para la población a partir de 12 años, sale adelante en un momento en el que se debate la necesidad de una tercera inyección general para toda la población.
La directora de los Centros de Control y Prevención de enfermedades, Rochelle Walensky, señaló el jueves por la mañana, cuando medios locales ya habían avanzado la decisión citando fuentes cercanas a la institución, que el porcentaje de ciudadanos susceptible de recibir esa tercera dosis por su situación de especial vulnerabilidad no supera el 3% de los adultos. Por su parte, el epidemiólogo de referencia de la Casa Blanca, Anthony Fauci, insistió en que resultará “inevitable” que esa inyección adicional de refuerzo o recordatorio se extienda a todo el mundo más adelante, aunque no ahora.
El asunto ha abierto un debate a nivel internacional. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha pedido a los países desarrollados, que ya han logrado acelerar su proceso de inoculación, de retrasar esa tercera dosis con el fin de priorizar la distribución en los más desfavorecidos, en un momento de gran disparidad en el proceso de vacunación. Tanto Estados Unidos como las dos principales potencias europeas, Alemania y Francia, han desoído la demanda.
Mientras, el Gobierno estadounidense batalla para lograr que todos sus ciudadanos se vacunen, después de meses de ralentización en el proceso. Solo el 59% de la población mayor de 12 años, es decir, de la elegible para la vacuna, ha recibido ya las dos dosis.
ElPais